domingo, marzo 28, 2010

Anécdota de un secreto



No lo recuerdo y en realidad no creo que lo sepa, aunque pensándolo bien tampoco me interesa saberlo. Solo sé que pasó, y estoy segura de eso.


Mil inconvenientes, nada fue suficiente.
La corriente fue mas fuerte que el deseo, el miedo y las críticas.
Salté.
Sin saber, sin esperar, consciente. Salté.
Hoy pienso que quizás de haberlo hecho de nuevo hubiera preparado unas cuantas cosas antes de, pero nunca he sentido arrepentimiento por mi desición.
Salté porque estaba segura de que valdría la pena.
Y lo ha valido.



2 comentarios:

Emanuel M. dijo...

Es como si ese salto tuviese un seguro de viaje full?

Isabel dijo...

Despues de saltar descubri que si